20080722

Trapos Sucios




Estos días estamos de estreno en BLB. Ayer vinieron unas muchachas a vender unas rifas y las hemos secuestrado. Ahora trabajan en el sótano, ordenando los viejos papeles que pudimos rescatar del maltrecho entresuelo. Es agradable verlas de vez en cuando por los pasillos. Empezábamos a sentirnos un tanto solos.

El caso es que una de ellas es muy aficcionada a la música y mientras ordenaba montañas de papeles en el sótano, encontró una gran caja con discos. Convocamos una reunión para decidir si empezábamos a poner música en la redacción. La mayoría votó que no, pero la chica puso ojos tiernos y al final resultó que sí. Total, que desde ayer trabajamos a ritmo de tocadiscos y como hoy no tengo mucho más que contar, voy a recomendar uno de los discos que escuchamos esta noche. Se trata de un grupo un tanto rarillo: música de cámara (violas, violines, contrabajos…), se junta con una voz grave modulada para parir canciones con melodías pegadizas. Alguno de los más viejos apuntó que la voz imitaba a Leonard Cohen (hasta yo conozco a este veterano y carismático cantautor canadiense) o el cantante de Sisters Of Mercy (yo ni flowers, pero aquí alguien apuntó que fue un grupo muy influyente en los ochenta).

El grupo en cuestión se llama Chamber y es de Alemania. En definitiva: una mezcla muy interesante (Tenían buen gusto los anteriores inquilinos. Lo echarán de menos). Os dejamos unos enlaces para que vosotros mismos podáis comparar:

Puerta 1: Chamber

Puerta 2: Leonard Cohen

Caja Misteriosa: Sisters Of Mercy




Trapos Sucios
(1999);


David Lodge (Londres 1935).

Traducido al español por Jaime Zulaika.

Ed Anagrama., col. Compactos. Pimera edición en esta colección 2001. 145 págs.

Adquirido en: Biblioteca abandonada de la casa BLB

Género: Novela corta (adaptación de una obra de teatro).

La Cita:

“– Hay una escena larga en la que una joven que camina desnuda por su apartamento prepara la comida para un hombre que está completamente vestido.

– ¡Pero es porque ella cree que es ciego! –dijo Sam”.

La Curiosidad: No tenemos muchos archivos sobre este autor, pero durante la cena me animaron a que me arriesgase con lo siguiente: Dada la semejenza con la obra de Tom Sharpe (comentada más abajo, en la Valoración), ¿acaso no resulta curioso que uno de los personajes protagonistas, para más inri, escritor, se llame Sharp? Quizá sea una casualidad, pero por aquí preferimos pensar que se trata de un pequeño homenaje.

El Momento de BLB: Con un 98% de votos a favor, la entrevista en la sauna.



Nos sedujo de éste libro un comentario apuntado en su cubierta: ‘ David Lodge tiene algo de doctor Jeckyll. Es un prestigioso profesor de literatura que ha escrito importantes libros de teoría literaria; pero Jeckyll se convierte en Hyde y el serio profesor se transmuta en escritor de desternillantes novelas’. Bien, una vez leído el libro, salieron a la luz diversas opiniones sobre si el adjetivo desternillante era el apropiado. Tenemos a un par de fanáticos de Tom Sharpe en la redacción, y aseguran que Lodge no puede en ningún momento arrebatar el título de desternillante a éste, al menos en esta novela, ya que la diferencia entre Lodge y Sharpe es la misma que se puede encontrar entre Sonrisa Constante y Orinarse a Carcajadas (de hecho lo demostraron leyendo en el salón algunos párrafos de las novelas de Wilt (de Tom Sharpe. Ver Wilt , Las Tribulaciones de Wilt, Ánimo Wilt y la reciente Wilt no se Aclara) La verdad es que es una lástima que todas estas novelas excedan las 200 páginas, y, por ello, no tengan cabida en este blog, de todos modos, enviaremos una solicitud a Anikaa en la biblioteca, que a veces nos manda buñuelos de calabaza. De todos modos, aunque no llegue a ser tan delirante como las novelas de Tom Sharpe, la comparación va muy bien encaminada y se notan ciertos parecidos en la forma de tejer la trama, y en el tipo de personajes que utiliza (auque a lo mejor eso es porque la clase media británica es tal cual como nos cuentan estos dos cachondos).

Trapos Sucios es una adaptación de una obra de teatro del propio autor (supongo que sería mucha jeta adaptar la obra de otro), así que, además de ser breve, el texto está repartido fundamentalmente en diálogos, de modo que se lee en dos patadas.

Vamos a hacer un pequeño resumencillo, que con los libros de relatos es imposible, y ya le teníamos ganas (tranquilos, que no destripamos nada. Todavía me duele la cara de la última vez que desvelé un final): Un escritor que se ha vendido a los guiones televisivos es ridiculizado por una periodista amarillista en una entrevista (vaya rima me ha quedado!). Ultrajado, acude a casa de su amigo, un pragmático escritor semirretirado que alcanzó gran éxito hace años con una de sus novelas. Allí lo convence de ayudarle a tender una trampa a la periodista y calmar su sed de venganza. El lío está más que montado y Lodge lo adereza con una ambigua conversación en una sauna y un extraño secreto de juventud que une a los protagonistas. Por aquí, la opinión general es que la historia flaquea un poco al final, pero para entonces ya se ha pasado un rato simpático.

Total, si llevas una mala semana y no te apetece nada, desde BLB te recomendamos que le dediques un par de horas (tirando largo) a Trapos Sucios y te dejes arrancar una sonrrisa por su trama de enredo al estilo flema inglesa. Sea cual sea el resultado de la terapia, te aconsejamos también que le eches un ojo a algún libro de Sharpe para desquitarte definitivamente.

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